martes, 21 de diciembre de 2010

Homenaje a la Sra. Rosa María Luque de Portocarrero por los 100 años de su nacimiento










Diciembre, mes de la cristiandad, la paz y el amor, para la familia Portocarrero Luque, tiene una connotación de profunda significación, al conmemorar el nacimiento de nuestra querida y recordada madre Rosa María, quien naciera a la vida un 22 de Diciembre de 1910, para ser buena hija, buena hermana, mejor esposa y sobre todo una abnegada madre. Nosotros sus hijos al recordar los cien años de su nacimiento, nos sentimos muy halagados y felices al celebrar ésta magna fecha; pero al mismo tiempo al cumplirse 7 años de su sensible partida, nos apena la especial circunstancia en que se produjo su deceso, un día antes de cumplir, los 93 años. Dos días después, pasamos la navidad mas triste de nuestras vidas, pues luego de muchos años de haber estado juntos, en la cena de ésa noche buena, ya no estaba con nosotros. Ofrecemos este merecido homenaje destacando algunos aspectos de su fructífera y larga existencia.



El temperamento casi telúrico de su personalidad le permitió consolidar, por casi 63 años junto a nuestro gran padre Heráclio, un matrimonio, seguramente lleno de vicisitudes, que duda cabe, pero siendo el contrapeso necesario el uno del otro, lograron armonizar una larga convivencia, pues fueron dos almas gemelas que se amaron entrañablente; nosotros sus hijos somos el fruto mas preciado de ese amor. Es emocionante referir que en una de las tantas sobremesas que solíamos tener, alguna vez nos contó que infante todavía, en compañía de una empleada, madrugaba todos los días a ganar la palmeta; manifestaba con marcado orgullo y satisfacción que al llegar siempre primera a la escuela repartía palo a todas las alumnas, enfatizaba que a ella no le cayó un solo palmetaso, pues nunca llegó tarde.



Profesionalmente fue una obtetriz muy competente y solidaria; muchas de las personas amigas, parientes y paisanos pampacolquinos, también algunos viraqueños que pasan de los cincuenta años, nacieron a las manos de la señora Rosa y a falta de médico permanente realizó un sin número de curaciones, obligada a veces por el deteriorado estado del paciente e incluso por la precariedad económica de quienes no podían viajar a Aplao o Chuqibamba donde si contaban con médico permanente, tenía que intervenir . Sin embargo en ciertas ocasiones había personas que solicitaban al médico de Chuquibamba y mientras esperaban la llegada de éste, recurrían a la señora Rosa, quién en el caso especifico de las parturientas realizaba todo el trabajo, al médico para justificar su presencia no le quedaba otra cosa que hacer una pantomima; pero a la hora de cobrar la proporción era de diez a uno.



Ante la eventualidad de un movimiento sísmico era evidente que el pánico hacía presa de su nerviosismo, inmediatamente se encomendaba a Dios orando, Dios mio, Señor mio, aplaca tu ira y tu rigor apíadate de mi entre otra cosas, pero no obstante esa flaqueza, llegado el momento de cumplir con el deber que exigía su competencia profesional, lo hizo a cabalidad, demostrando una firmeza y temple a toda prueba al atender un parto a la señora de Edgar Luque, justo a medio día cuando se produjo el terremoto de 1960 que remeció todo el departamento de Arequipa; recuerdo haberle pregu
ntado cual fue su reacción, me respondió que la calma y la serenidad se imponian ya que en ese preciso instante recibía al bebé, saliendo airosa de ese momento difícil que le toco vivir. Finalmente diremos que se mantuvo firme ante las presiones de toda índole que recibió cuando extendió un certificado a solicitud del comandante de puesto de esa época por violación de una menor de edad, por parte de una persona influyente del pueblo que creyó equivocadamente que el resultado del diagnostico resultaría negativo, confirmando una vez mas su honradez como persona y su integridad profesional, para tranquilidad de su conciencia y el orgullo nuestro, supo llevar en alto por muchos años una buena imagen la misma que recibió el reconocimiento de las personas que de alguna u otra forma se vieron favorecidas por la atención esmerada de nuestra señora Madre. Muchas gracias a todas las personas que lean este homenaje y que apelando a su memoria nos acompañen en este reconocimiento .

viernes, 26 de noviembre de 2010

Pampacolca, ¡ Mi Tierra Querida !


En la hora presente, en que las distancias se reducen a segundos, gracias a la tecnología, es interesante hacer uso del Internet aprovechando los espacios que nos ofrece la Web para intercambiar información cultural de aventuras, anécdotas, recuerdos llenos de nostalgia o alegría e inquietudes referentes a nuestro querido pueblo Pampacolca y de otras latitudes.

Cual joyas guardadas en el COFRE DE MIS RECUERDOS, uno a uno irán saliendo mis mejores y gratos momentos vividos en nuestro hermoso Pampacolca para compartirlos con todos y cada uno de los paisanos, parientes y las personas de buena voluntad que tengan a bien hacerlo en todo lo concerniente, al pasado, presente y futuro de nuestro pueblo. Aqui les va un relato lleno de reminiscencias.

Allá en el pueblo mio, lugar donde nací quedó por siempre mi corazón.....

Sentado en el bordo grande de Huayrarco, contemplaba extasiado el horizonte, el sol marcaba las horas, alto como estaba me impedía ver claramente al frente , incline la viscera del gorro que llevaba puesto, para poder seguir mirando el gran cerro Espíritu Santo. El aíre fresco de la mañana acariciaba tiernamente mis mejillas, contrarrestando a los rayos solares que empezaban a quemar; pensé en el brusco cambio climático que afecta al mundo entero ; Pampacolca no era la excepción, pues en el mes de enero en otros tiempos llovía a cántaros, hasta chicche (granizo) caía en abundancia, esta vez sin embargo estando a 18 días del mes no había ni una sola nube en el cielo, lo cual presagiaba en un mal año para los semríos . Seguí con la mirada fija en el gran cerro igual que antaño imponente como era, ahí estaba, tapando al majestuoso nevado Coropuna.

Aspire el aire, respire profundamente sentí una rara sensación mescla de alegría y nostalgia a la vez e inmediatamente se agolparon en mi mente un cúmulo de recuerdos. Absorto como estaba vi que relucía cual espejo reflejando la luz del sol, el agua que bajaba del cerro sobre la piedra laja regando los terrenos del Pascasio Cruz . Mentalmente retrocedí en el tiempo apelando a la memoria (nuestro disco duro) hice un viaje relámpago al pasado regrese en instantes a la infancia, con seguridad la mejor etapa de nuestras vidas. Esa concatenación de vivencias infantiles volvieron en un abrir y cerrar de ojos, ensimismado recordaba los momentos sublimes que me depararon el ansia desesperada de poder montar solo el caballo moro cuando apenas contaba con 6 o 7 años de edad. Mi padre complacido por la circunstancia especial que significaba para ambos, apoyó con entusiasmo la idea. Recuerdo que teníamos en estaca las vacas lecheras en el pedazo chico, ésto implicaba venir a diario del pueblo a hacer ordeñar, luego de despachar la leche a la enfriadora de la Gloria, empezamos hacer galopar al caballo en la pampa de ccoyzurca, que con su tereno plano y duro se convirtió en el escenario ideal para la práctica de casi media hora diaria en un ir y venir en los casi docientos metros de extensión de la pampa. Logicamente yo estaba montado en la montura y a mi viejo lindo lo tenia a la grupa cuidando de que no me cayera, me daba confianza.Después de unos días mi Padre consideró que ya estaba listo y me soltó para que lo hiciera solo. Desde aquel momento montar caballo para mi se convirtió en una de las mas grandes satisfacciones de mi vida y sí era en un caballo brioso y de buen paso como el castaño el gran chueco, que mejor para que pedir mas ; pero eso será motivo de otro relato.

Tantos recuerdos juntos y hermosos a la vez hicieron que olvidara que a pocos metros estaban mi señora Joeissy y mis hijos Angélica y Javier, los mismos que se entretenian, cargando a unos tiernos carneritos nacidos hacía pocos días ; con seguridad gozaban desde su propia perspectiva, lo que hizo posible que al mantenerse ocupados, no interrumpieran mis mágicos recuerdos.Luego de una fotos regresamos al Pueblo por el Pitipan .... casi ya no existen ,quedan muy pocos ; en todo caso quedan en el recuerdo.