viernes, 26 de noviembre de 2010

Pampacolca, ¡ Mi Tierra Querida !


En la hora presente, en que las distancias se reducen a segundos, gracias a la tecnología, es interesante hacer uso del Internet aprovechando los espacios que nos ofrece la Web para intercambiar información cultural de aventuras, anécdotas, recuerdos llenos de nostalgia o alegría e inquietudes referentes a nuestro querido pueblo Pampacolca y de otras latitudes.

Cual joyas guardadas en el COFRE DE MIS RECUERDOS, uno a uno irán saliendo mis mejores y gratos momentos vividos en nuestro hermoso Pampacolca para compartirlos con todos y cada uno de los paisanos, parientes y las personas de buena voluntad que tengan a bien hacerlo en todo lo concerniente, al pasado, presente y futuro de nuestro pueblo. Aqui les va un relato lleno de reminiscencias.

Allá en el pueblo mio, lugar donde nací quedó por siempre mi corazón.....

Sentado en el bordo grande de Huayrarco, contemplaba extasiado el horizonte, el sol marcaba las horas, alto como estaba me impedía ver claramente al frente , incline la viscera del gorro que llevaba puesto, para poder seguir mirando el gran cerro Espíritu Santo. El aíre fresco de la mañana acariciaba tiernamente mis mejillas, contrarrestando a los rayos solares que empezaban a quemar; pensé en el brusco cambio climático que afecta al mundo entero ; Pampacolca no era la excepción, pues en el mes de enero en otros tiempos llovía a cántaros, hasta chicche (granizo) caía en abundancia, esta vez sin embargo estando a 18 días del mes no había ni una sola nube en el cielo, lo cual presagiaba en un mal año para los semríos . Seguí con la mirada fija en el gran cerro igual que antaño imponente como era, ahí estaba, tapando al majestuoso nevado Coropuna.

Aspire el aire, respire profundamente sentí una rara sensación mescla de alegría y nostalgia a la vez e inmediatamente se agolparon en mi mente un cúmulo de recuerdos. Absorto como estaba vi que relucía cual espejo reflejando la luz del sol, el agua que bajaba del cerro sobre la piedra laja regando los terrenos del Pascasio Cruz . Mentalmente retrocedí en el tiempo apelando a la memoria (nuestro disco duro) hice un viaje relámpago al pasado regrese en instantes a la infancia, con seguridad la mejor etapa de nuestras vidas. Esa concatenación de vivencias infantiles volvieron en un abrir y cerrar de ojos, ensimismado recordaba los momentos sublimes que me depararon el ansia desesperada de poder montar solo el caballo moro cuando apenas contaba con 6 o 7 años de edad. Mi padre complacido por la circunstancia especial que significaba para ambos, apoyó con entusiasmo la idea. Recuerdo que teníamos en estaca las vacas lecheras en el pedazo chico, ésto implicaba venir a diario del pueblo a hacer ordeñar, luego de despachar la leche a la enfriadora de la Gloria, empezamos hacer galopar al caballo en la pampa de ccoyzurca, que con su tereno plano y duro se convirtió en el escenario ideal para la práctica de casi media hora diaria en un ir y venir en los casi docientos metros de extensión de la pampa. Logicamente yo estaba montado en la montura y a mi viejo lindo lo tenia a la grupa cuidando de que no me cayera, me daba confianza.Después de unos días mi Padre consideró que ya estaba listo y me soltó para que lo hiciera solo. Desde aquel momento montar caballo para mi se convirtió en una de las mas grandes satisfacciones de mi vida y sí era en un caballo brioso y de buen paso como el castaño el gran chueco, que mejor para que pedir mas ; pero eso será motivo de otro relato.

Tantos recuerdos juntos y hermosos a la vez hicieron que olvidara que a pocos metros estaban mi señora Joeissy y mis hijos Angélica y Javier, los mismos que se entretenian, cargando a unos tiernos carneritos nacidos hacía pocos días ; con seguridad gozaban desde su propia perspectiva, lo que hizo posible que al mantenerse ocupados, no interrumpieran mis mágicos recuerdos.Luego de una fotos regresamos al Pueblo por el Pitipan .... casi ya no existen ,quedan muy pocos ; en todo caso quedan en el recuerdo.