viernes, 15 de noviembre de 2013
domingo, 23 de junio de 2013
MIS PAISANOS EN EL RECUERDO.
La historia de los pueblos se escribe de diferentes maneras,
con el accionar trascendente de las personas importantes, que normalmente
migran fuera, sus autoridades más destacadas y fundamentalmente, por el
ciudadano común y corriente. Aquel que sin mucha preparación, bebe de las
fuentes de la sabiduría natural, acorde con el quehacer cotidiano, imbuido por
su originalidad pueblerina, y espontaneidad innata, hacen que la vida sea más
llevadera marcando la pauta, de un acontecer sano y tranquilo. Muchos de ellos
con el tiempo se convierten en personajes anónimos, para las generaciones
futuras, pues las diversas anécdotas, relatos o mataperradas, solamente les
llegan de oídas. Siendo un auténtico Pampacolquino, mi propósito es referirlas
de la mejor manera y con arreglo a mi propia percepción, para tal efecto
algunas serán contadas con pelos y señales; aderezadas con mu menjunje, su ají
llatan necesario y otras diciendo el milagro, pero no el Santo; por
consiguiente si alguien se ve reflejado en alguna de las historias será simple
coincidencia. También las podrán leer en:
http://majestuosocoropuna.blogspot.com.
Deportivamente antaño, existía una marcada rivalidad con los
amigos de Viraco, muchas veces dentro
del desarrollo de los partidos de futbol, se producían conatos de bronca, pero
como era natural, concluido el partido, comenzaba la jarana. Estos partidos
generalmente se jugaban en la época de carnavales, un año visitaba Pampacolca y
al siguiente pagaba la visita Viraco, precisamente en uno de los partidos que
se desarrollaba en Viraco, al fragor de la competencia, dentro de la barra
viraqueña, al momento de alentar a su equipo, se dejo escuchar una voz con una
amenazante letanía:- ¡Va a llover! , ¡Va a llover!, ¡Va a llover! Y
antes de que le hicieran coro los demás espectadores, llegó la
respuesta, rápida, oportuna, estentórea:- ¡DE QUE NUBES VIEJO! era el sagaz tío
Augusto DURAN LUQUE, que imperturbable, mirando al cielo y abriendo los brazos,
pronuncio tan magnífica frase, provocando la hilaridad de propios y extraños.
Comprate pué entonce.
Otra del Tío Augusto. Compartía una cerveza con un amigo, en
una tienda de la época, asomándose a la puerta, ve pasar a Jesús Rodríguez
Segovia (QEPD), lo llama diciéndole: - vení sobrino te servirás una cervecita,
éste le agradece.- Gracias tío, mejor una gaseosita. El tío Augusto Duran,
parsimonioso como era, sin inmutarse le dice: - Comprate pué entonce… A Jesús
le hizo mucha gracia, que siempre la contaba.
Los tres galanes.
Los tres galanes.
Estos tres amigos, entre los cuales estaba, Willy Santos
Gamero, el popular “Rocmo” Willy, se reunían todas las noches, en frente de la
casa de don José Huaco, la oficiaban de galanes de tres chicas que trabajaban
en dicha casa. A eso de las ocho de la noche, puntualitos, esperaban que las
chicas salieran por la ventana del segundo piso, éstas sabedoras, que fuera
estaban los amigos y como si fuera una cita concertada, a la misma hora abrían
la ventana. Al tercer día cada uno ya había elegido a la que más le gustaba y
mientras esperaban en la esquina, que el reloj marcara las ocho, uno de ellos
en son de burla, dirigiéndose a Willy, le dice: - hoy Rocmo… la que te gusta a
ti, es coja. Este con total naturalidad, le responde.- Que mierda… acaso la
quiero pa’ carrera.
El tío Jaranto.
Los que conocimos, al tío Jesús Santos Portocarrero,
sabíamos que por tener cejas ralas, algunos le decían chino y la mayoría lo
conocía por “Jaranto”. En una ocasión, invitó a sus compañeros del partido,
pues decía que era aprista, a una reunión, en su casa. Luego de varios minutos,
se convirtió en barullo, todos hablaban al mismo tiempo. Tratando de poner
orden el tío Jesús, levantó la voz y dijo:- Bueno…Bueno que pasa acá carajo,
esto parece un puchero… por unos segundos
hubo un silencio total, aprovechado ágilmente por don Manuel Álvarez
“Pajo Chico” Quién le dijo: -Cierto don Jesús, para que sea un puchero
completo, solo le falta la… “Jaranta”. El chino, molesto después del
desternille de riza general, no tuvo otra, que terminar la citada reunión.
La
pugna por la cantidad de leche.
Después de varios días, que no se veían, se encuentran en la
plaza chica, una tía con su sobrino y se produce el siguiente dialogo: -Dice
que vastia comprar, la vaca negra de don Daniel Portocarrero, pa’ que, si no es
buena lechera, le dice el sobrino. Ella le responde:-Que sabes vos, lo que pasa
que tienes envidia, yo wa a llevar pue el porongo lleno, en cambio tú, no te da
vergüenza, ahora mismo estas llevando una miseria, en el porongo la leche va
jalchin… jalchin diciendo.
EL COFRE DE MIS RECUERDOS
Del cofre de los recuerdos, una a una, salen las fotos del álbum familiar, que van registrando, las diferentes etapas de la vida, eslabonando un cumulo de episodios cotidianos, que como huellas indelebles, hacen cada vez más notorio el paso inmisericorde del tiempo. Es un viaje largo, que requiere, en un recodo del camino, darse un merecido descanso, para volver, sobre esas fuentes que sirviendo para la reflexión, al verse reflejado en las mismas, lo haga según sea el caso, esbozar una sonrisa, recordando momentos gratos o derramar una lagrima, cuando sienta que la nostalgia lo hace en instantes, regresar al pasado, ese pasado maravilloso, donde el ambiente familiar solamente deparaba dicha y felicidad, al mismo tiempo qué los amigos, los vecinos expresaban una calidez y amistad verdaderas. Ese entorno de paz y sana convivencia, ahora es lo que más se extraña. Pergeñar en las imágenes al paso de los años, es confrontar dos realidades distintas de una misma persona, en épocas diferentes. Por eso se dice que una foto vale por mil palabras. La actualización virtual de las mismas, contribuye a emprender una hermosa incursión en retrospectiva a épocas mejores, refrescando la memoria, haremos insuflar de emoción a nuestro corazón. Entonces, a partir de ahora abrimos el álbum virtual familiar y su entorno; lo podrán ver en: htt://majestuosocoropuna.blogspot.com.
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